No juzgues a un libro por su portada; no juzgues a una persona por sus gustos
- Júlia Ramon Martínez
- 15 abr 2018
- 2 Min. de lectura
La Biblioteca de Cappont está en silencio, pero los títulos de los libros gritan más que nunca; se trata de una “Rebelión sigilosa”.
Los domingos la puerta suele estar cerrada, pero hoy, 15 de abril, está abierta de par en par; se han levantado las barreras, se han acotado los subterfugios y el CEDD se ha querido hacer ver por el segundo ojo.

El Centro de Estudios y Documentación de las Mujeres ha organizado la II Exposición bibliográfica “Feminismo sin excusas” para conmemorar el 8 de marzo. El objetivo de esta muestra no sólo es hacer permanecer el espíritu combativo que se manifiesta durante el Día de la Mujer, sino fijarlo cómo si de un pintalabios permanente se tratara; eso sí, aplicado en la boca de las mujeres que “Sabem fer i fem saber”.
En esta exposición no hacen falta explicaciones ni guías; cada cual sigue su propio itinerario, escoge el camino que quiere seguir sin nadie que le ponga obstáculos o vallas (y no me refiero sólo en la orden de los expositores o en el sentido en que se recorra la sala).
Afortunadamente, ya no hay limitaciones en el contenido de los libros: frases desmaquilladas que limpian la figura de la mujer, opiniones impermeables que se mantienen firmes bajo mil tormentas, tamburetes que levantan la posición del sexo femenino.
Pero, esta, no es toda la “chicha” que podemos percibir en esta II Exposición bibliográfica: para empezar, la misma bibliotecaria lleva una camisa con 4 botones desabotonados, con lo cual se arriesga a una exhibición alternativa que también incluiría las piernas que se mueven bajo un vestido lila; el de la chica que lee la sinopsis de “La liberalización de la mujer. Añocero.”
Es evidente que actualmente nos encontramos en una situación mucho más liberal, hemos avanzado mucho durante las últimas décadas; y esto es precisamente una de las otras razones que forman esta jornada: el nacimiento y desarrollo del feminismo al Estado español. Queriendo hacer un recorrido por la historia, han creado un hecho histórico.
“Se mira pero no se toca” le dice una mujer a su hijo; debe de tener unos 7 u 8 años. Ojalá esta máxima se le quede grabada durante el resto de su vida, y obviamente, que no sólo la aplique en la vía pública, también en la privada, en la personal, en la sentimental.
La chica del vestido lila se marcha; no ha mirado todos los artículos, pero ha visto imprimidos sus pensamientos encima el mostrador. La madre y el niño marchan pocos minutos después, han tardado algo más porque la mujer se tenía que encargar de copiar las ideas principales dentro de la memoria interna de su hijo.
Montando esta exposición han conseguido desmontar múltiples mitos sobre el feminismo, como por ejemplo, la identificación de éste con el machismo o bien los estereotipos que giran en torno las feministas. Ésta es la última finalidad del CEDD que desvelaré hoy, para continuar leyendo os tendréis que esperar a la próxima exposición.
La biblioteca de Cappont vuelve a estar vacía y silenciosa, pero los libros que guarda todavía tienen mucho que decir.
Júlia Ramon Martínez
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