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Porque nos gusta reivindicar. 

Porque vivimos en siglo XXI y el mundo está lleno de desigualdades. 

Porque queremos terminar con los tabús. 

Porque no hace falta ser la causa para defender la causa. 

Porque queremos ser la voz que grite y haga oír aquellos que dejan mudos. 

Porque hay que aceptar que la heterosexualidad no es la única opción, sino que existen otras posibilidades. 

Porque la dignidad humana debe prevalecer ante todo.

Porque lo que determina no es el exterior, sino el interior.

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